miércoles, 21 de junio de 2023

Una caminata de 20 minutos al día ayudaría a mejorar la salud cardíaca

LINK: Increasing Equity of Physical Activity Promotion for Optimal Cardiovascular Health in Adults: A Scientific Statement From the American Heart Association



La Asociación Americana del Corazón publicó una declaración científica en la que recomienda realizar una caminata de 20 minutos al día a paso rápido para mejorar la salud cardíaca. Debe combinarse con una alimentación equilibrada.

La actividad física regular es una métrica de estilo de vida saludable. La Asociación Americana del Corazón ya había elaborado la lista de “Los 8 esenciales de la vida”. Se trata de una lista para medir y cuidar la salud cardiovascular. Incluye tener en cuenta cuatro factores de salud, como los niveles de presión arterial, el nivel colesterol, azúcar en sangre y el índice de masa corporal, y controlarlos si no están en los valores adecuados.


Esta lista también permite verificar si la persona considera otros cuatro factores de conducta/estilo de vida, como abandonar el tabaquismo, realizar actividad física de manera regular, dormir entre siete y nueve horas diarias para lograr una salud cardiovascular óptima para los adultos y más para los niños según su edad y adoptar una alimentación con más frutas, verduras, frutos secos y legumbres, granos integrales, lácteos bajos en grasas y reducir sodio, carnes rojas y procesadas, y bebidas azucaradas.

Sin embargo, los expertos de la Asociación mostraron preocupación al considerar que menos de uno de cada cuatro adultos alcanza los niveles de actividad física recomendados por las pautas del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos.

Las pautas federales recomiendan que los adultos realicen al menos 150 minutos de actividad física moderada cada semana. En esta declaración manifiestan que “para acercarse a los niveles recomendados puede ser tan simple como realizar una caminata diaria de 20 minutos”.

La actividad se mide por la cantidad total de minutos de actividad física moderada o enérgica por semana. El nivel óptimo es 150 minutos de actividad física moderada o más por semana, o 75 minutos por semana de actividad física de intensidad alta para adultos; 420 minutos o más por semana para niños de seis años o más; y modificaciones específicas según la edad para niños más pequeños.

El doctor Gerald Jerome, presidente voluntario del comité de redacción de la declaración científica y profesor del departamento de kinesiología de Towson University (Maryland), señala que “descubrimos que muchos grupos con una salud cardíaca deficiente tenían bajos niveles de actividad física. Sabemos que la actividad física regular es un componente clave para una salud cardíaca óptima. Estos hallazgos dan la oportunidad de centrar nuestros esfuerzos en programas de actividad física en los sitios donde más se necesitan. Es importante ayudar a todos a mejorar la salud del corazón”.

Los expertos identificaron que los niveles de actividad física eran más bajos entre ciertos grupos de personas con factores de riesgo elevados de enfermedad cardiovascular existentes. Por ejemplo, se observó menor nivel de actividad física en adultos mayores, mujeres, afroamericanos, aquellos que padecen depresión, personas con discapacidades, individuos de bajos ingresos socioeconómicos o que viven en áreas rurales o en vecindarios con menos facilidades para caminar.

Jerome indica que “desafortunadamente, muchos grupos que tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas también, en promedio, informan cantidades más bajas de actividad física. Sin embargo, hay buenas noticias, ya que algunos programas se enfocan en colaborar con las comunidades para aumentar los niveles de actividad física entre los grupos de alto riesgo”.

Para promover la actividad física especialmente en los grupos que más factores de riesgo cardiovascular tienen, los especialistas de Estados Unidos especificaron que se debe buscar “el aporte, la participación y el liderazgo de la comunidad, lo que puede ayudar a garantizar que se aborden las barreras y se satisfagan las necesidades existentes”.

También se debería “involucrar a las comunidades en el diseño, la implementación y la evaluación de programas de actividad física”, porque es un paso importante para empoderar a sus residentes con el fin de mejorar su salud cardíaca a través de un aumento en la actividad física. También ayuda a garantizar que los programas sean culturalmente apropiados.

En la declaración científica se especifica que “los enfoques para aumentar la actividad física deben abordar las barreras comunes, como el costo, la falta de acceso, de tiempo y de conocimiento, así como también las barreras específicas de las necesidades de una comunidad particular. Aumentar los niveles de actividad física para mejorar la equidad en la salud requiere de un enfoque de equipo, que incluya profesionales de la salud que evalúen y promuevan regularmente el ejercicio para todos los pacientes”.

Añaden que “se necesita más financiamiento de la investigación para apoyar a las comunidades y los investigadores que trabajan juntos para desarrollar formas atractivas y sostenibles que ayuden a los residentes a aumentar sus niveles de actividad física. Los legisladores deben ampliar la cobertura de apoyo y atención preventiva, como evaluaciones y programas que promuevan la actividad física en el entorno clínico”.

La declaración científica fue preparada por el grupo de redacción de voluntarios en nombre del Consejo sobre Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica con respecto a la Actividad Física, el Consejo de Enfermería Cardiovascular, el Consejo sobre Cardiología Clínica y el Consejo de Enfermedades Vasculares Periféricas de la American Heart Association.

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