Hay un estudio que ha llegado a determinar que con tres comidas en familia que generan una comunicación, un ambiente tranquilo y de cariño y sin música ni pantallas. Han determinado que la autorregulación, también, de los niños a cualquier edad, provoca que haya menos problemas de peso y coman más saludablemente.
El azúcar, la sacarosa industrial, lo blanco desde luego no necesitamos. El cerebro no necesita azúcar, el cerebro necesita glucosa, y esta glucosa la podemos sacar de las frutas, de las verduras, de las patatas, que es almidón, que luego lo trocearemos. No es necesario el azúcar industrial, ¿de acuerdo? El azúcar ahora está presente sin que lo sepamos en el fuet, el jamón, en las salsas, en los cereales de desayuno, en los yogures, los yogures líquidos no existían, es el azúcar escondido.
El azúcar libre, como lo dice la OMS, se comporta, metabólicamente, de una manera no adecuada, no sana, como si te comes una naranja. ¿La explicación dónde está? En la fibra; si tú te comes una naranja, vas masticando, e incluso al masticar, ya vas liberando neuropéptidos intestinales que prepararán la digestión, y cuando ya te comas la naranja o la manzana o el plátano, que lleva fibra, vas a sentir saciedad. Y es lo que no sucede al tomar el zumo. Las bebidas azucaradas se han relacionado con el aumento y con el sobrepeso y con la obesidad, y es una relación clarísima. La OMS determina que lo aconsejable en cuanto a azúcar sería el cinco por ciento de las calorías totales, y que máximo serían unos veinticinco gramos, una lata de un refresco puede tener treinta, y un zumo de naranja de tres naranjas pues también puede tener lo mismo que un refresco.