sábado, 8 de noviembre de 2025

DIDÁCTICA DE LAS MATEMÁTICAS APLICADAS A LA VIDA COTIDIANA

 LINK: SÍNDROME DE PROCUSTO APLICADO A LA EDUCACIÓN TRADICIONAL


Procusto se ha convertido en un sinónimo de uniformidad y su síndrome define la intolerancia a la diferencia. En medicina y otras ciencias, cuando alguien quiere que todo se ajuste a lo que dice o piensa, lo que quiere es que todos se acuesten en el “lecho de Procusto”. Esta frase define a una situación tiránica y arbitraria. Se utiliza para referirse o indicar a los individuos que al principio muestran su mejor actitud y comportamiento, pero luego pretenden someter y controlar a las demás personas bajo sus órdenes y pensamientos para alcanzar sus intereses y fines, de la misma forma como Procusto adaptaba el tamaño de sus víctimas en relación con el tamaño de la cama. Se aplica además a aquella falacia seudocientífica en la que se tratan de deformar los datos de la realidad para que se adapten a la hipótesis previa, hecho observado de manera frecuente en medicina. Se menciona también para hablar de la forma y/o longitud de las extremidades, cara, cráneo, etc

Pero el significado que quiero hacer notar y es de frecuente observación en la práctica, es la incapacidad para reconocer como válidas las ideas del otro (al ser superados en nuestros conocimientos), el miedo a ser superados profesionalmente por un subordinado o la envidia pueden llevar a algunos directivos o mandos intermedios a eludir su principal responsabilidad, tomar las decisiones más adecuadas para su hospital, dedicándose a cercenar las iniciativas, aportes e ideas de aquellos que pueden dejarles en evidencia (miedo a perder nuestro puesto o ascenso). Como dijo Steve Jobs “No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer”. El problema no es tener directivos y/o subordinados que sepan más que nosotros, el problema es no saber gestionar ese talento.

La presencia en profesionales de la salud con este cuadro, que reconocen entre sus subordinados auténticos líderes de opinión que puedan hacerles sombra, padecen también del síndrome de Cronos, que se refiere al miedo patológico de la persona que ocupa un puesto superior, de promover a sus subalternos por temor a ser desplazado o sustituido; su diagnóstico se basa en características de desempeño, temor a delegar, relaciones sociales patológicas, egocentrismo, autoengaño y desarrollo limitado.

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