La pandemia actual está asociada con considerables muertes en todo el mundo y los estudios realizados entre las poblaciones afectadas han mostrado importantes factores de riesgo para la salud mental, entre ellos, ansiedad y estrés asociados con el riesgo de infección, muerte de seres queridos, infección de seres queridos, medidas de contención, aislamiento social y soledad, fatiga física y emocional de los trabajadores sanitarios, pérdida masiva de empleo, inseguridad financiera y pobreza, consumo excesivo de información de los medios de comunicación así como la vulnerabilidad de ciertos grupos en los países de ingresos altos y los países de ingresos bajos y medios. Todos estos factores de riesgo pueden contribuir al desarrollo de diversos problemas de salud mental como ansiedad, depresión, insomnio, somatizaciones, fobia social, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo, autolesiones e ideas y conductas suicidas.
Las diferentes investigaciones llevadas a cabo hasta la fecha muestran la necesidad de llevar a cabo revisiones sistemáticas de la población en general para desarrollar e implementar programas de prevención e intervención en salud mental basados en la evidencia.
Dado lo anterior, y bajo una perspectiva de salud mental global, el objetivo de esta revisión sistemática y metanálisis es evaluar el impacto de la pandemia COVID-19 en la salud mental de las poblaciones afectadas para ayudar al desarrollo de programas de salud mental basados en la evidencia. De forma específica, el estudio pretende analizar la prevalencia combinada de depresión, ansiedad, insomnio, TEPT y angustia psicológica en la población general, examinando posibles diferencias en función del género y de las regiones geográficas, así como entre los trabajadores sanitarios en comparación con la población general.
Los resultados muestran que las poblaciones afectadas por la pandemia tienen una prevalencia significativamente mayor de depresión, ansiedad, insomnio, TEPT y angustia psicológica en comparación con la población general en circunstancias normales. Concretamente, la prevalencia de la depresión en las poblaciones afectadas por COVID-19 es más de tres veces mayor que en la población general, mientras que es cuatro veces mayor para la ansiedad y cinco veces mayor para el trastorno de estrés postraumático.