Hace algunos días publiqué una entrada en la que abordaba algunos aspectos básicos para trabajar con los niños que comienzan su aprendizaje escritor. Quedaban, según comentaba en dicha entrada, algunos aspectos pendientes para abordar tales como la lateralidad, el esquema corporal, el tono muscular y algunos otros aspectos.
Voy a abordar en esta entrega el concepto de lateralidad, sus fases previas y algunos de los aspectos esenciales para trabajarla y,con ello, ofrecer buenas garantías de base para crear un buen poso de cara a la destreza escritora.
LATERALIDAD Y ESCRITURA
Puede definirse la lateralidad como el establecimiento evolutivo de la predominancia de un lado del cuerpo sobre otro (a valorar en ojos, oídos, manos y piernas) producto de la hegemonía de uno de los hemisferios cerebrales. Ortigosa (2004)[1] da una muy interesante explicación acerca de dicho aspecto y aborda definiciones similares a la expuesta. Muy importante para que la lateralidad quede bien asentada en su momento adecuado son las fases prelaterales, que transcurren entre los 0 y los 4 años de edad (y se asientan entre los 6 y 7 años) en las cuales es preciso que se cumplan los siguientes hitos:
- SIMETRÍA EN EL DOMINIO CORPORAL: Cualquier niño presentará problemas de lateralidad si en estas épocas no se consigue que exista una simetría funcional entre ambos lados del cuerpo.
- COORDINACIÓN CONTRALATERAL entre el lado dominante y el no dominante.
- Alcanzar una apropiada FUNCIÓN SENSORIAL TRIDIMENSIONAL.
- Lograr un óptimo grado de activación en el cuerpo calloso a fin de obtener una apropiada conexión interhemisférica
Dichos logros deben conseguirse a través de cuatro etapas prelaterales (Paricio, 2003)[2] que vienen a ser las siguientes:
- MONOLATERALIZACIÓN: En esta etapa se lleva a cabo un proceso por el cual se realiza la separación funcional de las dos partes del cuerpo a través de la motricidad refleja, consistente en respuestas involuntarias ligadas a la madurez de las estructuras neurológicas (Fonseca, 2008) [3]
- DUOLATERALIZACIÓN: El niño iniciará esta etapa al año, y finaliza en torno a los 6-7, momento en el que se afianza el funcionamiento simétrico y simultáneo de los hemicuerpos. No obstante, en este punto no existe relación entre los mismos, sino que sus acciones se establecen sobre la línea media anatómica.
- CONTRALATERALIZACIÓN: Comenzamos en este punto una fase clave para el desarrollo de muchas de las destrezas que el niño deberá adquirir, entre ellas la escritura. En este momento, en torno a los 6-7 años, se inicia la coordinación del funcionamiento motor voluntario y asimétrico. Es en este momento cuando puede observarse la dominancia de un lado sobre el otro. Gracias a estos aspectos, el niño está en condiciones de asumir la coordinación motora, , control motor (grueso) y equilibrio y tono posutral.
- UNILATERALIZACIÓN: Es en este momento donde el predominio (lo que anteriormente llamaba hegemonía) de uno de los dos hemisferios cerebrales se impone sobe el otro, entendiendo que a nivel motor, la lateralidad se asienta sobre el correspondiente al hemisferio predominante, quedando el otro lado (tanto el corporal como el hemisferio cerebral) supeditado al apoyo del dominante.
¿CÓMO PODEMOS FAVORECER ESTOS PROCESOS?
A la luz de lo expuesto, se antoja complejo lograr la escritura en estadios previos a los 6-7 años, puesto que puede conllevar a situaciones de dominancias incorrectas y de posibles futuros problemas de aprendizaje. En cualquier caso, sí podemos ofrecer una buena batería de actividades para que trabajemos estos aspectos en la Educación Infantil. En la Educación Primaria será clave trabajar estos aspectos. En los casos que no se ha terminado de llevar a cabo los procesos (alumnos con 6 años que requieren más tiempo para cerrar estas etapas prelaterales) y para afianzarla en aquellos que ya las tienen logradas, será clave ofrecer un repertorio continuo y frecuente de actividades destinadas a dicha finalidad y que permitan, entre otras cosas, hacer uso de las diferentes partes del cuerpo (oídos, manos, ojos y piernas) con respecto a sí mismo y con respecto al resto del espacio. Otro conjunto de actividades que deben llevarse a cabo son aquellas encaminadas a que el alumno conozca, reafirme y se haga consciente de su posición respecto a personas y objetos del entorno. También, y aunque pueda sonar repetitivo no lo es, debemos realizar actividades que sirvan para reafirmar su lado dominante (cuando este ya esté definido) o para diferenciar bien el lado derecho de la izquierda.
ACTIVIDADES TIPO POR ÁREA DE LOCALIZACIÓN
A continuación presento algunas actividades para trabajar la lateralidad en áreas de localización. Estas actividades son útiles tanto para niños en fase de prelateralización como para afianzar la lateralización ya establecida, pero también son útiles para la reeducación y trabajo de dificultades de lateralidad.
OÍDO
- Escuchar la pared.
- Jugar a hablar por teléfono.
- Contar secretos.
- Juego con vasos conectados por cuerdas para hablar y escuchar.
- Reconocer sonidos de cosas del ambiente con los ojos cerrados cerca del oído alternando entre uno y otro.
- Reconocer sonidos muy finos (tipo diapasón) con los ojos cerrados y presentando el estímulo por detrás.
- Discriminar sonidos en base a los parámetros intensidad, duración y timbre ofreciendo posibilidades para el mismo sonido en ambos oídos.
- Escuchar palabras, sonidos y canciones con auriculares que puedan usarse sólo en un oído. Ofrecer tiempos para cambiarlo.
OJOS
- Jugar con elementos tipo catalejo y caleidoscopio (En esta Web te explican cómo construir sencillamente uno en casa). Ofrecer oportunidades para trabajar en ello con los dos ojos.
- Juegos de puntería en la que tengan que hacer uso de un ojo. Se le pedirá al niño que pruebe en diferentes ocasiones
- Mirar a través de un agujero en una hoja.
- Una actividad mía propia: «la búsqueda del tesoro en la caja». Muy sencilla. Hacemos buen acopio de cajas antiguas, no muy grandes, de zapatos, de lo que sea, y en su tapa realizamos tres agujeros. Por ambos laterales realizamos aperturas amplias con la intención que entre luz. Bajo cada uno de los agujeros colocamos diferentes cosas: un espejo, un dibujo, una canica, un tapón, etc., lo que se os ocurra. La actividad consistirá en ir diciendo qué es lo que se encuentra en ese agujero. Los niños se lo pasan bien y van haciendo uso de diferentes ojos. También, con niños que ya empiezan a leer, se puede hacer la misma actividad con palabras.
- El juego del pirata (otra actividad propia), consistente en llevar a cabo una actividad de motricidad o segmentación de la misma con un ojo tapado. Posteriormente se realiza con el ojo contralateral tapado. En eta actividad (y en la anterior también en el caso de presentar palabras) el maestro puede observar cuál es el ojo dominante o con tendencia a la dominancia a la vez que el logro obtenido con uno y otro.
MANOS
- Recortar con ambas manos diferentes elementos.
- Punteado.
- Actividades con punzón (no con la finalidad del trabajo motor o visomotor)
- Jugar a coser (en niños pequeños obviamente no se trata de agujas, sino de uso de cuerdas o hilo y cuentas).
- Colorear, escribir, etc. con ambas manos.
- Juegos de destreza motora manual.
- Escribir en pizarra con tiza, también en pizarra blanca.
- Uso de software infantil en tablets y otros dispositivos digitales con pantalla táctil.
PIES
- Jugar a golpear pelotas. No cabe la menor duda que desde balones grandes hasta pelotas de tenis, ir trabajando distintos tamaños, texturas y presiones de inflado ofrecerá un trabajo enriquecedor.
- Jugar a hacer dibujos en la tierra con los pies.
- Juegos que inviten al niño a saltar a al pata coja (con variantes de avanzar hacia alante, hacia atrás y hacia los lados).
- Juegos que requieran mantener el equilibro sobre una sola pierna.
- Uso prensil de los pies: coger objetos (preferentemente de textil) con un pie. La destreza para segmentar el aspecto motor se realizará con mayor sencillez en el pie dominante.
Actividades existen tantas como momentos en los que nos sentemos a imaginar y pensar y repensar actividades con esta finalidad. Lo que realmente es importante es que debemos respetar el ritmo evolutivo del niño. Ayudar a su desarrollo, facilitarlo, dar oportunidades, etc., sí. Sin ningún tipo de duda. Forzar para su desarrollo e incluso poner hitos del desarrollo como aspecto a premiar no. Totalmente contraproducente de principio a fin. Con ello, el niño sólo logrará fracasar una y otra vez y sentirse fuera del proceso que sus compañeros llevan a cabo de forma natural (como su desarrollo indica).
Próximamente abordaré otros temas relacionados tales como esquema corporal, organización espacial e implicaciones emocionales.
Bibliografía
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