La Comisión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos han publicado el informe "Health at a Glance: Europe 2022". Señala que la obesidad aumentó en España de forma notable durante y después de la pandemia.
Como factor protector para una buena salud mental y física, la actividad física es imperativa. La disminución de los niveles de ejercicio entre niños y adolescentes durante la pandemia se relaciona directamente con el empeoramiento de los niveles de salud mental y los hábitos de alimentación, además del aumento notable de las tasas de sobrepeso y obesidad. Los adultos se vieron igualmente afectados por un aumento en el sedentarismo. Diversos estudios han alertado no solo del aumento de la obesidad, sino también de las enfermedades mentales y de las tasas de suicidio tras la pandemia.
Los autores señalan que los estudiantes españoles fueron algunos de los que más redujeron el ejercicio físico, que actúa como freno a los problemas de salud mental. El número de adolescentes que no seguía la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de realizar una hora de ejercicio físico diaria pasó del 34% al 86% durante el confinamiento. Además, el número de jóvenes de entre 18 y 29 años que sufría síntomas de depresión se duplicó con la pandemia.
En el resto de Europa, los resultados no son mucho mejores. Por ejemplo, en Francia, una encuesta sobre 4.000 adultos realizada durante el primer confinamiento en abril de 2020 encontró que el 45% de los encuestados informó una reducción en la actividad física y el 59% un aumento en el uso de pantallas.
Este informe de la Comisión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es el primero que se publica desde la pandemia de Covid-19, en un contexto de incertidumbres geopolíticas, de salud pública y económicas.
Se incluyen, por primera vez, datos de los países candidatos más recientes a la UE: Ucrania y Moldavia. Algunos de los temas en los que la última edición brinda un enfoque específico son la promoción de una mejor prevención y tratamiento del cáncer y otras enfermedades no transmisibles, así como la prevención y el abordaje de los desafíos de salud mental después de la pandemia y en el contexto actual de múltiples crisis.
El documento enfatiza la necesidad de una inversión considerable en salud preventiva. Antes de la pandemia, los países de la UE y la OCDE asignaban alrededor del 3% de sus gastos en salud a la prevención de enfermedades. Dado que las enfermedades no transmisibles (ENT) representan más del 80 % de la carga total de morbilidad, la OCDE ha vuelto a comprometer su argumento económico para invertir en la prevención de enfermedades y la promoción de la salud.
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