“La didáctica de la L2 o Lengua Extranjera está marcada por un cambio de enfoque: de la enseñanza centrada en el profesor, en los contenidos y en el método a la enseñanza centrada en el alumno. De un énfasis en la enseñanza hemos pasado al auge del aprendizaje. Por tanto, nace la convicción de que es relevante estudiar las creencias del aprendiz, puesto que influyen en la percepción que éste tiene de su proceso de aprendizaje de la lengua, así como de su forma de abordarlo”. (García G. Gloria, 2010 en Autodidacta: revista on-line de educación).
“La dimensión afectiva en el aprendizaje”
Para
Chastain (1975), existen tres variables de influyen en el éxito o el fracaso de
los aprendientes: ansiedad, personalidad y creatividad.
El estrés es un estado de activación por
necesidad o motivación. Siempre para aprender deber haber un mínimo de estrés, como representativo de la necesidad o motivación (Bodnar, 2000).
La ansiedad es una respuesta emocional que
influye en lo cognitivo, fisiológico y
en lo motriz y repercute en una relación social no placentera. Es una conducta adaptativa defensiva ante la
percepción de una situación para la cual no tenemos recursos para afrontarla
satisfactoriamente con unos mínimos de eficacia y eficiencia.
Si la ansiedad es mantenida durante un
periodo largo de tiempo y está basada en peligros / problemas reales, pasaría a
denominarse trastorno, y no habría
una conducta adaptativa. Sin embargo, si está basada en miedos o está en
nuestra imaginación por lo tanto no es real, estaríamos hablando de fobias.
El problema
de la ansiedad es que el cerebro realiza una interpretación de la realidad en
función de unas percepciones que desequilibran el sistema de referencia del
cerebro haciéndole creer que está en una situación de peligro, aunque esta no sea
real para las demás personas. “Es una
interpretación errónea de la realidad” aunque seamos conscientes de ello,
pero no lo podemos controlar esa emoción en ese momento.
En el aprendizaje de idiomas, como
el inglés, Gardner y Smythe (1997)
exponen que “Después de minuciosas investigaciones, los aprendientes son más
ansiosos como principiantes que en los de niveles intermedios o avanzados”, lo que significa que la
ansiedad puede reducirse ante la seguridad que te crea la percepción de ser competente en el idioma.
La ansiedad es un enemigo del aprendizaje, y se debe buscar minimizarla en el aula. Rubio (2004:73). El profesor tiene en sus manos dos opciones:
A: Eliminar la causa cuando se posible.
B: Proporcionar al alumno ayuda para enfrentarse a ella.
Un ejemplo conocido es cuando en vez de pensar "Esto es una dificultad", se puede reestructurar el pensamiento diciéndose a si mismo "Esto es un reto que voy a superar".